domingo, 14 de abril de 2019

Mi viaje a Japón 2 semanas


Desde hace varios meses tenía pensado ir a Japón en 2019, así que me puse manos a la obra a prepararlo todo, aviones, rutas, días, ciudades que visitar...
Este viaje lo organice con dos personas que había conocido por Internet en una página para encontrar compañeros de viaje, concretamente con dos chicas. Muy majas por cierto, pero me centraré en contar lo que yo viví, sin nombrar sus nombres y respetando su privacidad.


Los vuelos

El vuelo es sin duda lo más duro de todo. Primero cogí un avión de Sevilla a Madrid, el vuelo aproximadamente duró 1 hora, allí me esperaba una de mis compañeras de viaje, después de Madrid a Helsinki (Finlandia) unas 4 horas y media, en Helsinki estaba nevando mucho, se veía super bonito y era la primera vez en mi vida que veía la nieve. Después de Helsinki al aeropuerto de Narita (Japón) más de 9 horas, fue un calvario estar tanto tiempo en un avión, sin dormir, sin saber que hacer, pero sobreviví y llegué a Japón ¡tantos años esperando este momento! *_* (un dato curioso. Se suele decir que el aeropuerto de Narita está en Tokio, pero realmente no es así, el único que está en Tokio es Haneda)

Tokio (Ginza)

Cuándo hicimos todo el rollo de papeleos en inmigración y demás, cogimos un tren que nos llevaba a  la estación de Tokio, cerca estaba Ginza, donde pasaríamos un día completo allí, incluyendo noche en un hostal que no estaba nada mal.

Ginza es el barrio pijo de Tokio, encuentras muchos comercios super caros, no entramos en ninguno, nos alejamos de esa zona y empezamos a callejear, y ahí es cuándo me empezó a impresionar Japón. Vi a un Godzilla en un edificio, no era muy grande pero molaba, también estuvimos en un parque cercano y vimos peces muy grandes. Por cierto, se me olvidó decir que antes de eso comimos ramen en un bar típico japonés, y descubrí algo que ya había leído antes, los japoneses sorben los fideos haciendo mucho ruido, lo que aquí en España se consideraría de asqueroso. Mi primer reto serio fueron los palillos japoneses, al principio cuándo intentaba coger los fideos con los palillos me resultaba imposible, una japonesa que estaba a mi derecha me miraba percatándose de mi incapacidad y cuándo se iba a ir me mostró una buena técnica para poder cogerlos, muy maja ella. He de admitir que durante todo mi viaje no terminé de adaptarme a ellos.

Y el mejor sitio en el que estuvimos fue en la torre de Tokio, una maravillosa torre roja y blanca. No decidimos subir en ese momento y lo dejamos para otro día puesto que nuestra otra compañera de viaje venía el siguiente día y también querría subir, y como cuesta mucho dinero...

Poco más que añadir, un buen inicio en Tokio, esa noche llegó nuestra compañera de viaje. Descansamos en el hostal esa noche, al siguiente día nos esperaba otro viaje en tren hacía nuestro siguiente destino, Hiroshima.

Hiroshima

Hiroshima ha sido una ciudad que me sorprendió para bien, la había elegido como ciudad de cultura por la desgracia que se vivió en la segunda guerra mundial.
Cuándo llegamos a Hiroshima nos pusimos a ver un mapa y un hombre japonés se nos acercó por si necesitábamos ayuda. No tengo palabras para describir el trato recibido por los japoneses, son muy educados y a lo largo de nuestro viaje nos han ayudado mucho, incluso algunos han dejando algo que estaban haciendo para llevarnos a nuestro destino. (La educación para mí es algo primordial, y ahora echo de menos en España esa educación que tienen los japoneses)
Nos dirigimos a nuestro hostal, todo bien allí, teníamos una habitación solo para nosotros.

Nuestro primer destino era una isla de Hiroshima llamada Miyajima, uno de los
mejores sitios que tuve el gusto de ver en Japón.
Para ir a esta isla se tiene que ir en ferry, ya las vistas desde el ferry son impresionantes, el mar, la isla, el torii gigante en la playa, las montañas... fue un gusto visual contemprarlo todo.
En la isla es más impresionante, había ciervos, una gran playa donde se apreciaba el enorme torii y muchos turistas haciéndose fotos allí. Para ver el torii hay que bajar a la playa, estuvimos un largo tiempo allí en armonía con la naturaleza y la paz que transmitía todo el entorno, también había santuarios muy bonitos. Cuándo ya era muy de noche tuvimos que marchar, y es una pena tener que irse de una isla tan bella.

Al día siguiente estuvimos en un jardín precioso llamado Shukkeien, había que pagar para entrar pero mereció mucho la pena, fue un lugar perfecto para relajarte y hacer fotos a las bellas vistas.
Después de estar un largo tiempo disfrutando del jardín nos fuimos a ver el castillo de Hiroshima, luce increíble, también entramos en su interior, pagando claro. (para entrar
en la mayoría de estos sitios en Japón hay que dejarse los yenes)
No me maravilló su interior, fue una visita curiosa más que nada.
Más tarde decidimos visitar la cúpula de la bomba atómica, un lugar muy triste. El edificio se mantuvo en pie tras la bomba atómica y por eso lo dejaron así, cerca estaba el monumento a la paz de los niños, en memoria de todos los niños que murieron en ese fatídico día.
Y por último la llama de la paz, un pedestal en homenaje a las victimas, donde se puede ver de lejos a la citada cúpula, Una visita obligada si vas a Hiroshima.
Hiroshima es una ciudad pequeña pero acogedora, te la puedes recorrer en un día, no me equivoque en elegirla en mi ruta por Japón. Lamentablemente triste en el recuerdo aunque ya es una ciudad reconstruida y bella donde se puede disfrutar mucho.

Osaka

Después de terminar de ver Hiroshima nuestro destino era Osaka.
En Osaka nos quedamos varios días en una zona cercana a los restaurantes y tiendas, a pocos minutos del famoso corredor Glico, y otros días nos quedamos cerca de la estación de Shin-Okubo para poder coger el tren que nos llevará a Kioto, ya que los hostales a Kioto eran muy caros.

Nuestra primera ruta era el castillo de Osaka, se podría ver desde lejos en un parque, tuvimos que subir una gran cuesta que ascendía para ver el castillo que yacía en lo más alto. El parque estaba repleto de puestos de comida rápida que incitaban al consumismo. 
El castillo era muy grande si lo veías desde el exterior, más que el castillo de Hiroshima, en su interior tenía varias plantas, había que subir por el ascensor, a destacar la última planta donde se podía salir al exterior para contemplar la hermosa zona verde y los altos edificios de Osaka.
En otro planta mas abajo había una actividad curiosa para ver, unas diapositivas que contaban la historia del castillo, la guerra, y los personajes interactuaban entre ellos, todo en japonés claro, por lo que no podía entender lo que decían.

Otro de los días en Osaka subimos al edificio Umeda sky, allí se podía ver toda la ciudad de Osaka a gran altitud, tenía dos plantas, la segunda planta era al aire libre, acompañados de una dulce melodía que sonaba por los altavoces se podía observar toda la ciudad desde lo más alto del edificio, las vistas más bonitas que tuvimos el gusto de ver en Osaka, muy recomendable.

El último día en Osaka visitamos la zona del corredor Glico, lo más tokiota de Osaka, luces de neón, edificios muy altos y muchas tiendas de comercio.
Allí comimos unas bolas de pulpo, no recuerdo como se llamaban pero estaban muy buenas.

Nara

En Nara solo estuvimos un día completo, el hostal fue el que más me gustó, muy tranquilo y teníamos una habitación solo para nosotros tres.
La ciudad era pequeña, como un gran zona verde ya que estaba llena de parques y ciervos, muchos ciervos. Podías comprarles galletitas en unas tiendas que habían en el parque, si las sacabas por las mañana te rodeaban hambrientos por hacerse con su almuerzo matutino. Ya cuando atardeció no tenían ganas de comer, habían saciado su hambre gracias a los turistas y estaban más desganados.


Visitamos varios templos, el mejor de todos fue el templo Todaiji, el más hermoso que vi en todo Japón, habían budas gigantes y otras criaturas que desconozco que representaban, muchos comercios, tiendas repletas de merchandising.
Dentro del templo habían diferentes tiendas, en una de ellas podías sacar un papel de un tubo para averiguar tu suerte.
Yo saqué el mio y en el escrito ponía cosas positivas que me iban a ocurrir, no suelo creer en este tipo de cosas pero me lo lleve como un recuerdo del templo..

Se me hizo muy corta la estancia, fue un día muy especial, nos llovió un poco (el tiempo en Japón es tan cambiante..) me quedé con ganas de haber estado más tiempo, pero no fue así, nuestro siguiente destino era Kioto.
(Nos quedamos en un hostal de Osaka que estaba cerca de la estación Shin-Okubo para visitar Kioto)

Kioto

La primera mañana en Kioto me decepciono un poco, visitamos dos templos que no tenía mucho que ver, después descubrimos que teníamos que ir en bus para ver los sitios más importantes.
Al anochecer vimos el templo Toji que estaba lleno de luces, muchos árboles, flores de cerezo y al fondo había una pagoda de 5 pisos, sin duda esa visita salvó el día.

El siguiente día viajamos en bus hacía el templo Kinkakuji, impresionante las vistas al pabellón de oro con el estanque que lo rodea y refleja su imagen, luce genial también el entorno lleno de zonas verdes.
Esa noche paseamos por el barrio Gion con la esperanza de encontrarnos con Geishas, es una lugar donde suele haber pero esa noche no hubo suerte.
Caminamos por el canal Shirakawa admirando las flores de cerezo, sauces y la bonita iluminación.

Los días restantes en Kioto destacaría el Fushimi Inari-Taisha, un santuario sintoísta muy conocido donde abundan los torii (para ir a este sitio tuvimos que coger el metro) nosotros ese día fuimos por la noche, aunque me hubiese gustado ir a plena luz del día para observar cada detalle sus múltiples estatuas de zorro y hacer bonitas fotos y vídeos. (Tengo varios vídeos y foto de los torii pero no se aprecian bien por la oscuridad -_-")

En Arashiyama vimos el bosque de bambú y el parque de los monos que está subiendo a cuesta por una montaña, se tarda varios minutos en subir. Allí se le puede dar de comer a los monos.

Se me olvidaba que anteriormente también visitamos el palacio Imperial de Kioto, es grandisimo, de las pocas cosas gratuitas que puedes encontrar en Kioto. A este sitio fuimos para verlo dos veces, la primera vez estaba cerrado porque era lunes y ese día lo cerraban, al siguiente día estaba abierto, el palacio Imperial esta ubicado en el parque Imperial de Kioto.

Tokio

Los últimos días lo hicimos en Tokio, estuvimos unos 6 días y pudimos visitar la mayoría de lugares que teníamos en la lista.
Lo que más me decepciono en Tokio era lo que más creía que me iba a gustar, los sitios fueron Akihabara y Harajuku, allí se encuentra lo típico que ves en las imágenes de Tokio por Internet. edificios altos lleno con carteles coloridos, muchas tiendas de todo tipo, luces de neón... A primera vista impresiona pero se vuelve agobiante por la cantidad de gente que hay. En Akihabara entramos en varias tiendas de merchandising para comprar llaveros, peluches y demás, había de todo.

En Shibuya destacaría la estatua del perro Hachiko, hay cola para sacarse fotos con la estatua de la conmovedora historia del perrito. Se nos presentó una anécdota bastante graciosa mientras estábamos haciendo cola, una mujer mayor iba a sacarle una foto a su marido que posaba junto a Hachiko, la mujer activo la cámara de selfie (o sea la exterior del móvil) y en vez de sacarle fotos al marido se la estaba sacando a ella misma xDD la pobre creo que ni se dio cuenta, tendría mala vista. Me pregunto que pensó el marido cuando reviso las fotos.
En Shibuya también vimos el famoso cruce desde un edificio de enfrente, subimos unos 5 pisos para observarlo desde lo alto y hacer unos vídeos.


Cuándo estuvimos en Shinjuku vimos la cabeza de Godzilla en un edificio, en unas calles de Shinjuku me ocurrió otra anécdota muy curiosa, mis dos compañeras se quedaron en una tienda varios minutos así que yo quise dar una vuelta, no muy lejos de donde se encontraban ellas para no perderme, paseé por una calle que estaba desierta salvo por un hombre de color que se encontraba por allí, se me acercó y me hablo en inglés, al principio no lo entendí debido a mi bajo nivel con el idioma, pero cuando me dijo "sexual massage with japanese" ya sabía lo que me estaba proponiendo... le dije gracias pero no, y me fui de allí bastante extrañado por una situación así en Japón, una calle más allá se me acercó en este caso un hombre asiático ofreciéndome el mismo tipo de servicio que el anterior, pero este hombre insistió mucho más, le dije lo mismo, y me fui de allí hasta donde se encontraban mis compañeras. He buscado información por Internet y parece que es muy frecuente que te ofrezcan ese tipo de cosas por la noche en un barrio de Shinjuku llamado Kabukicho. Seguramente fue donde yo me encontraba en ese momento.

Lo que más me gustó de Tokio fue Odaiba, la bahía de Tokio, para ir se tiene que coger el metro. En Odaiba está la réplica de la estatua de la libertad y se puede observar toda la ciudad de Tokio desde lejos, una estampa que bien podría parecer a Nueva York, las vistas son espectaculares.
También está el robor Gundam, un gigantesco robot que se ilumina, a las afueras de un centro comercial, tuvimos el gusto de ver un show del robot, con música épica de fondo el robot se iluminaba de varios colores, se le cerraba la boca y se le metía hacia dentro el cuerno que tenía en la cabeza, este espectáculo lo dan por la noche y dura unos minutos.
Como tuvimos que volver al hostal que teníamos en Tokio ya que se nos hizo muy de noche nos despedimos de Odaiba, para mí el sitio que más me gustó de Tokio, me hubiese quedado un día entero si hubiese podido.

Días después subimos a la torre de Tokio y a la Skytree, las dos fueron buenas pero si tuviera que elegir una sería la torre de Tokio, allí te dan una especie de tablet con auriculares y te van explicando curiosidades de la torre, mientras ves las hermosas vistas puedes consultar en la tablet como se llaman los diferentes edificios que puedes ver, también nos sacaron una foto ¡todo muy guay!

De templos en Tokio destacaría el Senso-ji.

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Y ya estaría, se me escapan muchos lugares de mi viaje pero he querido reseñar lo que considero más importante y con lo que más he disfrutado.
Me gustaron todas las ciudades que visité, posiblemente sea este el viaje de mi vida y espero volver, quizás no en este año, puede que el año que viene cuando terminen los Juegos Olímpicos, o en 2021, quien sabe, la vida da tantas vueltas...

¡Muchas gracias por leer!

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